viernes, 13 de noviembre de 2015

FRENTE AL HORROR EN PARÍS. LA VISIÓN DE SASKIA SASSEN, CASI PREMONITORIA.

 

 Elaboración personal en base a Google Maps

Saskia Sassen: "Las migraciones hoy hablan de una pérdida masiva del hábitat"

La autora de La ciudad global y Premio Príncipe de Asturias 2013 es conocida por estudiar la globalización e inmigración.

Fuente: http://www.latercera.com/noticia/cultura/2015/11/1453-654635-9-saskia-sassen-las-migraciones-hoy-hablan-de-una-perdida-masiva-del-habitat.shtml

Hay situaciones que parecen imágenes o concentrados, una suerte de ventanas, para aproximarse a procesos más amplios, complejos, casi subterráneos. Algo así eran los conceptos de “ciudad global” o “calle global” que acuñó Saskia Sassen: lugares que servían de puentes entre los grandes mercados globales y las economías nacionales, aunque en su último libro, Expulsiones, argumenta en relación a las posibilidades de tales conceptualizaciones.
“Siempre extranjera, siempre en casa” se titulaba un capítulo autobiográfico en el libro The Disobedient Generation (La generación desobediente), editado por Alan Sica y Stephen Turner (2005). Quizá por su propia vida -holandesa nacionalizada estadounidense que vivió muchos años en Argentina e Italia y actualmente profesora en la Universidad de Columbia, en Nueva York- Sassen (1949) se ha interesado también en la inmigración y las formas de exclusión.

¿Aún se siente siempre extranjera y siempre en casa?
Bueno, esa frase capta cómo me siento generalmente cuando me muevo por todo el mundo... la verdad es que no soy un miembro pleno de ninguna sociedad, pero siempre me siento bien, en casa, lo que no significa que no entienda que en realidad soy una extranjera donde quiera que esté incluso si me siento en casa. Me pregunto si hay una palabra para este tipo de mixtura ¿Tiene el  español una palabra para eso? Es un sentimiento definitivamente no tan dramático y profundo como la palabra alemana unheimlich.

¿Confía en los conceptos para captar situaciones intrincadas?
Por mucho tiempo he tenido una sensación aguda, incipiente, poco articulada, de que los científicos sociales consideramos como bases (lo que ya está determinado) a nuestros propios conjuntos de datos y nuestras propias categorías de análisis. Hay algo, un circuito circular allí. ¿Qué pasa si estamos perdiendo mucho porque nuestras categorías no logran capturar todo un rango de condiciones?, ¿qué pasa si las categorías que funcionaron incluso 20 años atrás ya  no están funcionando hoy?

¿Cómo ve el fenómeno de la ciudadanía desnacionalizada?
Cada vez más entidades -personas, empresas, proyectos de la sociedad civil, las instituciones del sistema internacional (FMI, Banco Mundial)- están operando en un dominio que es sólo en parte nacional y sólo en parte internacional. Ahora hay un tercer espacio, que es el espacio global y que es un espacio desnacionalizado. Basta pensar en las Naciones Unidas: una entidad muy internacional y que alcanza a todo el mundo, que, sin embargo, está centrada en las decisiones nacionales de los estados. Pero incluso allí se está empezando a ver agendas que podemos pensar como globales más que internacionales.

En su opinión, ¿cuál es la causa profunda de la reciente crisis de inmigración en Europa?
Usamos el lenguaje de migrantes y refugiados, lo cual está bien, pero creo que eso significa que sólo estamos capturando una parte pequeña de lo que está sucediendo. Desde mi punto de vista, y  estoy escribiendo un largo artículo sobre el tema, estas migraciones nos están contando un relato mucho más amplio, es un relato de pérdida del hábitat, una pérdida masiva del hábitat, ahora mayormente debido a la guerra, pero cada vez más también a la desertificación, al aumento de los niveles de agua que abatirán muchas zonas costeras, acumulación masiva de tierras y explotaciones mineras que están reduciendo rápidamente la tierra disponible para la población rural local.

Su último libro explora el surgimiento de “nuevas lógicas de expulsión”. ¿Cuáles son?
Ideas deshilvanadas recorren el libro. Una de ellas es que las condiciones normales están asumiendo formas extremas y, cuando lo hacen, las perdemos: nuestras categorías de análisis y estadísticas ya no son capaces de capturarlas. La otra es que las condiciones extremas -tales como las tierras muertas y las aguas muertas- no pueden ser captadas por nuestro lenguaje común. El cambio climático no es suficiente para aprehender el hecho de vastas extensiones de tierra muerta y agua muerta. Cómo podemos hablar de estos nuevos migrantes: como migrantes. Pero qué pasa si ellos son la vanguardia de una nueva época histórica de una pérdida masiva del hábitat. Luego está la gran escalada de refugiados y personas desplazadas, ahora sobrepasando los 60 millones. Estas personas expulsadas forman espacios de y probablemente permanezcan allí por períodos muy largos.

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