Africa del Norte es "(...) un conjunto regional en el que la religión y la cultura ejercen un relevante papel en la forma de estructurar sus sociedades y organizar su territorio. Desde Marruecos hasta la cuenca del Indo se localizan una veintena de países islámicos, de lengua árabe, con unas claras analogías socioeconómicas y espaciales. (...) Desde el Magreb u Occidente africano (Marruecos, Argelia y Túnez), pasando por el Macherek u Oriente (Libia y Egipto) [que son los países que nos interesan en este momento] incluyendo el denominado Próximo Oriente u Oriente Medio (los paíes del entorno del golfo Pérsico) (...) todos ocupan unos medios ecológicos caracterizados por la aridez y en los que abundan los recursos energéticos. (Méndez y Molinero. Espacios y Sociedades. Ariel. 2000). Según los mismos autores sus rasgos geográficos son las consecuencias económicas de la explotación petrolera: riqueza y desequilibrios; las difíciles condiciones ecológicas de un medio predominantemente árido; las bajas densidades poblacionales, explosivo crecimiento de la población y considerable peso de las actividades agraria; una organización rural y unas estructutras agrarias disfuncionales, con una creciente presión sobre la tierra; una industrialización acelerada y un firme crecimiento urbano.
En este contexto geográfico y teniendo en cuenta su localización geográfica entre uno de los espacios que conforman la Tríada: la Europa neoimperialista y xenófaba y la más subdesarrollada región del planeta: el Africa subsahariana; Africa del norte se debate hoy entre gobiernos de peculiar geopolítica, las insurrecciones y revueltas populares en onda expansiva y los intereses globalizados.
Lic. Diana Durán
Manifestación en El Cairo
Incluimos una serie de artículos de actualidad para contextualizar su situación desde diversas perspectivas:
Revuelta popular en Túnez Guión del Video de Visión Siete Internacional.
La macroeconomía y la rebelión, pobreza y descontento popular generalizados Marwan Tahbub. Rebelión.
"(...) el proceso que aun vive Túnez viene a poner en evidencia que el éxito de la macroeconomía puede esconder la otra cara de la moneda. Si bien el régimen de Zein Al Abedin que privatizó las 204 empresas del solido sector público creado por su antecesor Habib Bourguiba, pudo conducir el país a un crecimiento sostenido del 5% anual, la mayoría de su población estaba totalmente ajena a todo este proceso de saneamiento macroeconómico. Los beneficiarios fueron la propia familia del mandatario y otras pocas de su medio ambiente. Mientras su consumismo y despilfarro se extendían en el país como en París y los Alpes suizos, el paro alcanzaba el 36% entre los jóvenes (conforman las dos terceras partes de la población) en el 2010, además del pronunciado y constante encarecimiento de los productos de la “canasta familiar” como del resto de los alimentos, las medicinas, etc.
Quien ha seguido el proceso tunecino la sorpresa fue relativa, dado que conatos de rebelión popular ha sido una constante en los últimos años, pero siempre reprimidas sin contemplaciones de parte del régimen que siguió gozando de la confianza y el silencio cómplice de sus principales patrocinadores, la Unión Europea, Francia y Estados Unidos, que hace pocos días, y cuando se veía que Zein Al Abedin tenía los días contados, se precipitaron a marcar distancias con el mismo. Francia llegó a negarle exilio político en París temiendo una reacción de sus “cinturones de miseria” urbanos con marcada presencia de migración norteafricana."
Protestas en el Cairo.
Egipto: ¿Túnez parte II?. Matías Zibell BBC Mundo
El régimen de Mubarak y las revueltas de enero Javier Barreda Sureda. Rebelión
De Túnez a Egipto. Un viento de libertad Alain Gresh. Le Monde diplomatique. Traducido para Rebelión por Caty R.
"(...) Los Estados que nacieron de las independencias, que en general garantizaban a sus ciudadanos una protección mínima, cierta cobertura social o acceso a la enseñanza, se han desintegrado frente a las embestidas de la corrupción y la globalización. Incluso el acceso a la universidad que antaño, en Egipto, abría la puerta para acceder a la función pública, ya no ofrece posibilidades a una juventud cada vez más frustrada que tiene que ver cómo se pavonean «los nuevos ricos».
En los años 70, el boom del petróleo ofrecía una salida a muchos, que emigraron al Golfo, pero esta región ya no es capaz de absorber los flujos crecientes de parados. Las cifras de crecimiento fijadas por los campeones del liberalismo económico, Egipto, Túnez o Jordania, a menudo son objetos de informes elogiosos de las organizaciones financieras internacionales –que no consiguen enmascarar la creciente pobreza-. Desde hace varios años los movimientos sociales se han afianzado en Egipto -grèves ouvrières, luttes paysannes, manifestaciones en los barrios periféricos de las grandes ciudades, etc.– así como en Túnez (Gafsa), Jordania o Yemen. Pero hasta ahora nunca se había expresado abierta y masivamente la voluntad de cambios políticos. El ejemplo tunecino ha reventado los cerrojos".
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