El que sigue es el último párrafo de nuestro artículo sobre Perspectivas geográficas del Bicentenario de la Argentina, que publicáramos el 16 de mayo.
"Por último, desearíamos haber concretado otro balance geográfico para nuestro querido país, y poder distinguir como Harvey `espacios de la esperanza' nacionales, regionales y locales –los habrá, lo sé, embrionarios, identificables, pioneros-, pero no son ostensibles frente a la realidad nacional ya que la construcción de territorios para un futuro sustentable y humano no ofrece hoy visos de certeza en la Argentina del Bicentenario. Será, en consecuencia, la sociedad argentina la que decida y demande al respecto…"
Luego de haber observado y vivido estos días tan significativos, con el pueblo argentino -palabra poco usada pero tan relevante-, en las calles de todo el país, de cada ciudad -grande o pequeña-, queda repensar en palabras mayúsculas esos espacios de la esperanza, quizás ese único espacio de la esperanza constituido por el pueblo de la nación argentina asentado en un único territorio que dio una inesperada lección de identidad y memoria, alejada de ideologismos, centrada en la unión y la conciencia. Cuán superadora de las dirigencias y élites concentradas en el Teatro Colón -metáfora de las dos Argentinas-, que mencionáramos en el artículo anterior.
Una buena lección para aprender y para reflexionar.
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