miércoles, 6 de agosto de 2008

PATAGONES, TRÁGICA

El lugar



Carmen de Patagones se inserta, como un dedo acusador, en la Patagonia, dirían algunos. Una extensa carretera, por sobre la semiaridez, recorre una yerma línea casi recta hasta esa ciudad, pequeña, enclavada a la vera del Río Negro, y pegada, río por medio, a la capital de la provincia del mismo nombre, Viedma. Entre ambas más de sesenta mil habitantes viven la peculiaridad de tener a un costado la inmensidad del océano, y al otro el semidesértico espacio patagónico. El horizonte se yergue, tiene existencia, no está adormecido, y sobre la interminable horizontalidad que tenía por delante, veía el suceder del solitario árbol y la escrutadora mirada del pájaro esperando la presa; mientras tanto los kilómetros pasaban, no era difícil llegar, sólo había que dejar pacientemente que el auto recorriera sobre el tibio asfalto la distancia que faltaba. Más allá, hacia el sudoeste, el valle reflejaba otros ámbitos y otras realidades. De todos modos la desembocadura del río, el inicio del desolado y devastado páramo patagónico constituían un marco propicio para acciones desproporcionadas sin duda… dejándome llevar por ciertos pensamientos.


RELATO COMPLETO AQUÍ


Héctor Correa
Punta Alta, agosto de 2008



El río

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