Situación epidemiológica del dengue en Argentina (Ministerio de Salud de la Nación) from Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS en Argentina)
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domingo, 31 de enero de 2016
miércoles, 27 de enero de 2016
LA ESTRUCTURA POLÍTICO – ADMINISTRATIVA DE LA ARGENTINA COMO CONDICIONANTE PARA LA INVESTIGACIÓN GEOGRÁFICA
El Dr. Darío C. Sánchez, director del Grupo de Turismo Sustentable el DIGEO - IMHICIHU nos ha remitido a fines de 2015 un artículo
sobre el tema de la estructura político - administrativa de la Argentina por demás interesante para quienes deben
analizar distintos indicadores geoestadísticos en el territorio
argentino y, además, actual por las consideraciones que se pueden
aplicar a las distintas cuestiones que requiere el análisis espacial de
nuestras realidades socioeconómicas, ambientales, entre otras. Agradecemos su aporte a la comunidad geográfica de Geoperspectivas.
SÁNCHEZ, Darío César. (2015) La estructura político - administrativa de la Argentina como condicionante de la investigación geográfica. Grupo Turismo Sustentable en el DIGEO – IMHICIHU - CONICET.
RESUMEN
La Argentina cuenta con una estructura territorial de gobierno constituida por un Estado Federal, 23 Estados Provinciales, una Ciudad Autónoma y unos 2200 Gobiernos Locales. No obstante, las provincias se hallan también divididas en unidades menores denominadas partidos en Buenos Aires y departamentos en el resto de las provincias. Estas se presentan como un conjunto de unidades de escala intermedia que sólo constituyen un territorio de gobierno cuando coinciden con los municipios, pero esto ocurre sólo en cuatro provincias. Por otra parte, las Constituciones Provinciales difieren respecto a las denominaciones de los gobiernos locales, a sus categorías y a los requisitos para alcanzarlas. Como consecuencia, estos constituyen un mosaico de heterogeneidades difícilmente comparables, no resultando adecuados para el tratamiento geoestadístico de la información. Por el contrario, los departamentos y partidos, a partir de un previo agrupamiento de los menos poblados, tienden a optimizar las posibilidades de comparación.
Palabras Clave: tratamiento geoestadístico, unidades administrativas, municipios, departamentos y partidos.
Algunas conclusiones
Los departamentos y partidos presentan numerosas ventajas respecto a los gobiernos locales en lo que respecta a su posibilidad de tratamiento geoestadístico (Sánchez, 2007): constituyen un nivel de análisis subprovincial, posibilitan la agregación por provincias y regiones, presentan continuidad y contigüidad territorial (inclusión territorial), sus superficies tienen menor variabilidad, sus universos estadísticos son más confiables, cuentan con menor cantidad de unidades intraurbanas, sus poblaciones presentan menor variabilidad, su inclusión demográfica es total, el INDEC desagrega la información a dicha escala y las provincias también; en síntesis, permiten abarcar todo el territorio nacional, a la vez que definir un mayor número de indicadores, favoreciendo en mayor medida la comparabilidad.
Por otra parte, algunas de las limitaciones de una base territorial por departamentos y partidos podrían solucionarse parcialmente mediante un agrupamiento de los mismos en un número menor de unidades, cuestión que ya hemos planteado anteriormente. En efecto, mediante un algoritmo propio, hace dos décadas agrupamos los departamentos y partidos de la República Argentina en 214 unidades espaciales de análisis, reduciendo en gran medida la variabilidad en materia de superficie y población, aumentando la compacidad media, referida a las formas de las unidades, y estableciendo un umbral mínimo de superficie de 8.000 km2 que aseguraba una mejor comparabilidad a escala regional, eliminando las pequeñas unidades intraurbanas, comunes en localidades como el Gran Buenos Aires, el Gran Mendoza y el Gran San Juan (Sánchez, 1991; 1992).
miércoles, 13 de enero de 2016
MOVILIDAD Y SUELO. GRANDES DESAFÍOS A FUTURO
Región Metropolitana de Buenos Aires: Jurisdicciones y Coronas y Zonas del
Gran Buenos Aires.
CELEMÍN, Juan
Pablo; Mariana MARCOS; Guillermo Ángel VELÁZQUEZ. Calidad ambiental y nivel
socioeconómico: su articulación en la Región Metropolitana de Buenos Aires. Scripta
Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 10 de junio de 2013, vol. XVII, nº 441. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-441.htm>.
MOVILIDAD Y SUELO. GRANDES DESAFÍOS A
FUTURO
Héctor Zajac Geógrafo UBA. Magister UNY
Que Buenos Aires termine en la Gral. Paz es
un espejismo que data de una organización jurisdiccional vetusta, heredada de
un país que ya no existe. La
arbitrariedad, que signa el fracaso de las respuestas a los grandes
problemas urbanos -por el abordaje fragmentado de dinámicas que trascienden
dicho límite-, estuvo hasta ahora alimentada por gestiones con intereses
políticos contrapuestos a ambos lados del mismo.
Una gobernadora bonaerense, un intendente
de CABA, y un presidente del mismo partido, es un beneficio que viene con la
responsabilidad de posibilitar el fin del territorio como excusa. Un
alineamiento político-territorial que
acompaña el funcionamiento de lo que para los expertos tiene desde hace mucho nombre
propio, Región Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). El gobierno apunta a dar
el “batacazo” en la gestión integrada de una ciudad en la que la mitad de sus
trabajadores se mueve diariamente desde y hacia el conurbano, convirtiéndola en
un todo indivisible. El RER (Red de Expreso Regional), reflota un proyecto de
los 70 de unir la red de ferrocarril metropolitano a la de subte. 16 km de
túneles, nuevas estaciones, y un enorme nodo de interconexión modal bajo el
microcentro. Las objeciones: el impacto ambiental, y la postergada ampliación
del subterráneo, deben calibrarse con la ventaja que un sistema de
“expresos” (punto a punto) supone en la
reducción de tiempos y mejora en la calidad de viaje para millones que influiría
en los patrones masivos de uso de auto, causa central de congestión y polución.
El avance dependerá de flanquear lo que en su momento impidió la alternancia de
miradas de vuelo bajo, o incapaces de sortear la resistencia inherente a la
inercia funcional, conflictos internos y externos de los gremios de subtes y
trenes.
Producir infraestructura de acuerdo con una
unidad analítica más realista no
significa hacer ciudad incluyente -aún si se reemplazan autobuses por
autopistas,- si no se aborda la brecha entre producción y apropiación. ¿Estará
el macrismo a la altura de un desafío, para muchos extraño a su ADN? La
propuesta del ministro de transporte de subsidiar usuarios en lugar de empresas
va en esa dirección. Se verá en el peso del costo de movilidad sobre el salario
mínimo con la obra concluida.
Apropiación es también capitalizar recursos científico- técnicos, y productivos
propios. Un Estado capaz de articular necesidades con cadenas de valor y
trabajo genuino. Financiar la totalidad de una megaobra con deuda externa,
según parece ser la idea, repetiría los errores de un gobierno que mientras
invocaba keynesianismo y sustitución de importaciones, compraba parque
ferroviario a China con onerosos problemas de adaptación a la red local. Cuando
expertos aseguraban la viabilidad de reciclar y producir el propio. No solo los
trenes no terminan en el Riachuelo. Las redes de servicios básicos que
garantizan ambiente digno tampoco. Su ausencia se liga a la de vivienda formal
a la que éstos se asocian. El suelo ocupado, que supera con creces su acceso
vía mercado, de baja calidad e inundable carece de agua potable, cloacas, y
recolección de residuos. Su provisión implica reconocimiento institucional, y
una vía jurídica para su eventual reclamo. Los “barones” prefieren manipular el
bienestar dando con cuentagotas y según la lógica del “palo y la zanahoria”. El
hacinamiento resultante de la falta de planificación en tierra escasa, la
acumulación de basura que se resuelve con quemas, conforman un cuadro
medioambiental crítico para millones.
Formalizar e integrar villas y
asentamientos son pasos impostergables -no hay apropiación sin calidad de vida-, dentro de un nuevo paradigma que facilite acceso al suelo formal como único
camino hacia una ciudad incluyente. En esperar todo del macrismo, subyace una
cultura autoinfligida de ejercicio limitado de ciudadanía, que avala en parte,
la confusión entre gobierno y Estado de los últimos años. Acaso la posibilidad
de cambio, se vincule más que a la convergencia partidaria de poderes
ejecutivos. A la convergencia de la transversalidad real, para definir en clave
de consenso políticas de Estado de vivienda y suelo en una ciudad mayor que la
suma de sus partes.